terça-feira, 5 de janeiro de 2010

Manuel Magallanes Moure





 Esta é a minha homenagem ao poeta chileno Manuel Magallanes Moure, sou apaixonada por seus escritos, conheci seus escritos há muito tempo atrás, e então me apaixonei.

"...Amor que tornas, entra. Te aguardaba.
Temía tu regreso, y lo deseaba.
Toma, no pidas, porque tuyo es todo..."


En 1914, ele  foi jurado dos "Juegos Florales" do Chile, quando Gabriela Mistral obteve seu primeiro prêmio com seu poema.  É emocionante a história das cartas de Gabriela Mistral a Manuel Magallanes, ela redeu muita poesia.



"Los Juegos Florales de Chile eran una antigua celebración primaveral organizada por la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile en la ciudad de Santiago de Chile. Su principal y más famoso concurso, era el literario, en el cual concursaron los poetas y escritores chilenos más importantes de comienzos del siglo XX. El año 1914 lo ganó Gabriela Mistral con "Sonetos de la muerte", y en 1921 Pablo Neruda con su "Canción de la fiesta"."


Curta alguns poemas deste grande poeta.

Apaisement


Tus ojos y mis ojos se contemplan
en la quietud crepuscular.
Nos bebemos el alma lentamente
y se nos duerme el desear.

Como dos niños que jamás supieron
de los ardores del amor,
en la paz de la tarde nos miramos
con novedad de corazón.

Violeta era el color de la montaña.
Ahora azul, azul está.
Era una soledad el cielo. Ahora
por él la luna de oro va.

Me sabes tuyo, te recuerdo mía.
Somos el hombre y la mujer.
Conscientes de ser nuestros nos miramos
en el sereno atardecer.

Son del color del agua tus pupilas:
del color del agua del amar.
Desnuda, en ellas se sumerge mi alma,
con sed de amor y eternidad.


Mañana gris


Flota la niebla sobre el mar.
Flota la niebla
y es como un sueño blanco y misterioso
vagando sobre un alma entristecida;
como el vapor de un sueño melancólico
al aclarar de un triste día.
Flota
la niebla.
Sobre el mar la niebla es como
un ensueño flotando sobre una alma:
un ensueño muy íntimo, muy hondo
y muy blanco, por cuya blanca bruma
fuera temblando un desfilar borroso
de pensamientos tristes, como sombras
al través de la niebla; y en el fondo
de aquel ensueño blanco, lentas, lentas
van las barcas. Aquellas que ni al soplo
del viento, ni al empuje formidable
del vapor abandonan su reposo.
Aquellas que se mueven solamente
cuando se arquean los fornidos torsos
de los barqueros, y los remos se hunden
en el inflado vientre tembloroso
del agua.









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